Francisco Javier Triviño

Francisco Javier Triviño Sánchez (Granada) recuerda que su primera relación completa se produjo, como les ocurre a muchos, en el instituto. En su caso fue en el Padre Manjón, cuando la profesora se ausentó del aula un buen rato, momento aprovechado para la algarabía y el desconcierto general, hasta que regresó cargada de libros. «Elegid uno y poneos a leer en silencio». Se decidió por una novela de Isaac Asimov, su primer amor, y desde entonces ha sido fiel a la ciencia ficción.
Estudió, como muchos. Trabajó, como casi todos. Le pisó la puta crisis, como a demasiados, y se hizo funcionario. Como nota pintoresca, nada en su profesión tiene relación con las letras. Y poco más que añadir.
Solo puntualizar que está entrando en una primera juventud (la anterior se suspendió por falta de quorum), haciendo todo lo que dejó pendiente, y se ha convertido en amateur de varias disciplinas artísticas: canta, toca instrumentos y también escribe. He aquí su primera novela.