«La palabra ofender viene del latín offendere, compuesto por el prefijo ob- (enfrentamiento) y un antiguo verbo (fendere), ya perdido en el latín clásico, y que significa golpear, incluso herir». ¿Hasta dónde puede llegar una ofensa? ¿Quién tiene derecho a ofenderse? ¿Por qué se siente agraviado precisamente el que no debe estarlo? En un mundo donde los límites de lo políticamente correcto están siendo dinamitados, la obra de Pablo López Pellicer se muestra ambigua, juguetona y provocativa. De la carcajada a la risa congelada, experimentando con las fronteras del humor, doce escenas van recorriendo situaciones que, a pesar del absurdo de algunas de ellas, son perfectamente reconocibles por la cercanía de lo tratado. La mezquindad humana, la imposibilidad de efectuar lecturas fuera de la literalidad o la imposibilidad de distanciarnos respecto a ciertos temas van desarrollándose a través de un conjunto de personajes que dan buena muestra de la complejidad del ser humano.
Jurado Premio Federico García Lorca de Teatro