Nos encontramos ante una novela que profundiza en el mundo y en el submundo de una Central Obrera de nuestro país que, por encima, por debajo y por entre medio de todas sus virtudes, se ve atravesada por la peor de las calamidades de la que se puede contagiar una organización sindical: la de las corruptelas, la de las mangonerías, la de los avasallamientos de los débiles por parte de los fuertes, haciendo uso estos últimos de prácticas auténticamente mafiosas.
Se describen personajes horrendos que nunca debieran haber existido en su seno, así como otros mediocres, inservibles, vividores de una situación que les venía de perlas para sobrevivir a cuerpo de rey. Estamos, en definitiva, ante unos hechos que cualquier alma de mediana hechura ética y bonhomía reprobaría. Por lo demás, de cuanto se describe en este libro, si coincide con la realidad, es una pura casualidad. ¿O no?