Sergio Barros

Sergio Barros es un hombre cualquiera, que interpreta con fingida resignación el papel de oscuro profesor de provincias. Ciertos azares contribuyen a dibujarlo como criatura: nació de un vientre de mujer en la ciudad de Granada, singular circunstancia que aún le inspira un más que justificado asombro, y pudo recorrer la biblioteca de su padre sin censura ni magisterio durante su infancia y supuesta juventud, entendiendo así que el medio natural del hombre es la palabra escrita. Por lo demás, abrazó decididamente la causa de la Filosofía, signifique eso lo que signifique, y el argumentario político del socialismo libertario. Algunos aconteceres de la historia, como la silenciosa vida de Emily Dickinson o la formulación del segundo principio de la termodinámica, le han deparado momentos de íntima satisfacción. Cuando su habitual tristeza alcanza cumbres intolerables, relee a Jean Meslier o Jonathan Swift. Se cree, qué duda cabe, muy listo.

Ha publicado el poemario El corazón de los muertos
(2015).